enero 2017

viernes, 6 de enero de 2017

Las tribulaciones de diseñar una maldita R



Había logrado un nombre único y unos objetivos más o menos claros para este blog. Faltaba convertir a esa palabra en un símbolo visual reconocible, que transpirara su esencia nada más ser vista o, al menos, que se percibiera próxima a lo que debía evocar al ser pronunciada. Es decir, necesitaba una tipografía particular para Variedro. Y aventurado de mí fue decidirme por hacer una a medida, sin experiencia previa y con apenas habilidades ilustrativas. Con un par. Porque ¡qué demonios! ¡Hay miles de fuentes en la red! No puede ser algo tan difícil de hacer... No, no tenía ni idea de en qué follón conceptual me metía. Ni la más remota.